martes, 1 de mayo de 2012

Una delicada rosa sin espinas



Ella es como una delicada copa
de cristal:
frágil, graciosa y transparente.
La luz la atraviesa
y maravillosas formas
se proyectan en el cielo.

Un elefante noble sostiene
al bondadoso monarca;
provee a su leal pueblo
con dádivas y agasajos.

El altruismo que la corona
acaricia pródigamente
a todos los afortunados
beneficiarios de su dulzura.

Un globo aerostático
con forma de pez
sobre un ciclista.

Las alas del idealismo
encumbran a los hombres;
trasgresión solemne del medio acuático
a la pureza celeste del aire.

La semilla se cultiva
en tierra fértil,
de promesa abundante.
Florecen botones
de rosas hermosas
e inofensivas.
La sangre recorre
su sinuoso y delicado
cuerpo.
El sudor en la frente
barniza lienzos
con imágenes etéreas,
femeninas.

Sutil murmullo cadencioso
se graba en el papel
con pluma liviana;
evocación de seres amables
descansan dócilmente
en paraísos acogedores.

Soy un hombre hosco y bruto,
desconozco cómo tratar
a una flor
que brota en el desierto.
Mis manos son ásperas
y hieren sus lozanos
capullos.
Invoco a la misericordia,
suplico a la piedad,
prometo enderezar el horizonte
para su merecido descanso.

Me aterra la idea de que su fragancia se marchite.

2 comentarios:

  1. Hermoso............. notable escritura.

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  2. Muchas gracias. Realmente es gratificante este halago y la atención en mis publicaciones. Saludos.

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