domingo, 12 de febrero de 2023

Querellas

 



Para mi padre, Miguel Alejandro Robles Squella (1941-2008)


Abogado de profesión, orgulloso
eso supongo, nada más que estelas en el aire
pero el oxígeno no se aventuraba en lo profundo
lo sentía etéreo, papá, indescriptible con palabras.
 
¿Recuerdas nuestras discusiones?
¿el Plebiscito de 1988?, sé que yo te fastidiaba
era un niño, tan sólo 13 años
iniciaba una lucha simbólica con tu figura
pero mi secreta intención era conocer
tus entrañas, auscultarlas, navegar tu sangre.
 
Si te tildaba de privilegiado, súbita rabia
“privilegiado significa beneficio inmerecido”
litigabas sobre tu esfuerzo e inteligencia
el mérito que en vida permitió alcanzar logros.
 
En ocasiones te buscaba por la palabra
literatura, novelas y ficciones
tu imagen semidormida sentado en el sofá
la taza de café sin terminar reposaba a tu lado
y un frondoso libro en dominical compañía.
 
Hubo muchas querellas no resueltas entre nosotros
silenciadas, jamás se pronunciaron
quedaron ocluidas en los recodos de la palabra
esas perras negras que denunciaba Cortázar.
 
En posteros días te encaré con furia
argumentaba que de ti aprendí el doble filo
de la palabra, capaz de enaltecer como denigrar
rabia contenida que se fue por el desagüe
jamás encontró un pozo cristalino donde reposar.
 
No alcancé a conocer tu mirada transparente.