sábado, 29 de febrero de 2020

Vilka florece




Para Vilka Ansky


Apenas la mañana, muy temprano
Vilka despierta, el cansancio es un yunque
fin de semana de jolgorio y baile
no está el ánimo para asuntos serios
pero el deber obliga, arrancar de cuajo
esa pereza melancólica
serenos botecitos de papel se hunden
en un charco profundo.

El estrés del centro de Santiago
atropella a quien se cruce
Vilka avanza entre rostros anónimos
se sumerge en el vértigo de la locomoción
(largo es el trayecto hasta Bajos de Mena).

Cuerpos aprisionados, empujones
miradas hoscas son moneda de cambio
la hora de entrada al trabajo se respeta
todo lo que no encaja en este reloj
es una estela de escombros
abandonada en el camino.

Vilka se esmera por devolver la sensatez
jóvenes suicidas en un vaivén macabro
concentrada en el que el monstruo come pena
no arrastre su lágrima vulnerable.

Como telón de fondo, el yunque
hace estragos en su espalda
los párpados acarician la idea del sueño
pero Vilka no baja la guardia
aunque el yunque perfore sus costillas.

Por la tarde, a la salida
Vilka revive a los jóvenes en el vacío
como película en la ventanilla del Transantiago
las lágrimas no deben brotar
el camino se extiende interminable.

Atardece y Vilka desembarca en el parque
poetas deleitan a transeúntes
el estrés, empujones, jóvenes suicidas
y todos los yunques que pesarían en la mochila
Vilka los sacude al ver a sus amigos
sonríe, hace un gesto cariñoso
y regala desinteresada una palabra de aliento.

jueves, 13 de febrero de 2020

Arrecia el oleaje




Vincent van Gogh corre por los senderos
arranca de los muchachos de la aldea
niños que lo apedrean, incapaces
de tolerar la diferencia.

De súbito, arrecia el oleaje
en la campiña del sur de Francia
o por las avenidas de Santiago de Chile
implacable, marea que no perdona.

Surge un instinto, desaparecer
deseo irrealizable
tal como preconizara el viejo Parménides
Pues nunca esto dominarás:
ser los no entes.

El ansia de esfumarse
para capear las olas
ha sido negado por toda lógica
inútil agitar el ojo sin vista
y el oído retumbante.

Pero también se frustra el logos
en su intento por discernir
esta falta de humanidad responde
más bien a un prurito natural de la carne.

viernes, 7 de febrero de 2020

La caverna




Platón escribe en penumbras
bajo una lámpara de aceite, se extingue
sombras pululan borrosas, confunden
alegoría que se proyecta en el Siglo XXI.

La caverna es hoy un amplio escenario
rostros maquillados, tenidas formales
luces del espectáculo despliegan
un show que emite distorsionadas sombras
parientes pobres de una realidad ajena
bufones serios pregonan hechos
torcidos por la ideología, territorios
jamás visitados, mapas ignorantes de geografía.

Desde el estudio relatan una guerra
construida a base de slogans
desconocen la dureza de las balas
pontifican sobre santos en los que no creen.

Que el rebaño no escape del corral
el hacendado puede engullir tranquilo
no habrá ovejas negras
basta con relativizar los golpes.

Sobre reaccionan los defensores de los tuertos
atentan contra el Estado de Derecho
los niñitos rubios merecen paz social
alejada de patipelados mugrientos
y de la leva que excita a los mastines.

Cancerberos del poder
los rostros de la caverna vigilan
desfiguran horizontes con tal de cuidar
del Chile puro con sólidos valores
inmune al cáncer marxista
no importa el pueblo en oscuridad
las cuencas vacías, los ojos huérfanos
tradición que barre esas nimiedades.