martes, 30 de octubre de 2018

Tres cuentos breves




Trapecio

Algunos lo llaman Ícaro, otros Prometeo. Nadie sabe con certeza su nombre, pero dan por descontado que no ansía robar el fuego a los dioses. Lo que sí sabe el público del circo de esta Aldea Global es que en todas las funciones se esmera por alcanzar los brazos solidarios de un compañero en el trapecio. Es consciente de que nada asegura que en el próximo salto podría caer al vacío que, por cierto, nunca ha contado con red de seguridad.    


Shogun

El sobrenombre no era precisamente por sus rasgos orientales ni por un parecido al actor Richard Chamberlain. La mamá de este joven vivía la mayor parte del año comerciando en Japón, mientras él estudiaba en la universidad, hospedado en el departamento de su abuela, en avenida Diez de Julio. Lo curioso es que, pese a que había sufrido mucho por un evidente caso de padre ausente y de abandono afectivo, abrazaba causas nobles como ser voluntario en el Hogar de Cristo. Pero los amigotes de la universidad los convencieron de disfrutar los placeres de la farra y el sexo sin compromiso. Ahora se caracteriza por ser un samurái que rompe constantemente su código de honor al blandir su katana contra quien se le cruce, para vengar el dolor que el mundo le propinó.  



Sabelotodo

Desde niño se sintió más inteligente que los demás. Siempre le gustó leer y, cuando descubrió a Jorge Luis Borges, entendió que era una literatura para intelectos superiores. Las referencias cultas lo llevaban a la euforia al investigarlas en antiguas enciclopedias. Disfrutaba humillando a los compañeros de universidad menos preparados que él y aprovechaba su cultura para seducir jóvenes incautas. Pero con los años, al empezar a ejercer su profesión, se dio cuenta de que había otras personas mucho más instruidas que él y que presumían menos. O, al menos, lo disimulaban mejor. Hoy su rutina se ha convertido en trabajar de lunes a viernes y, los fines de semana, encerrarse en su departamento hasta descifrar todas las claves culteranas de Borges, sean reales o ficticias.

Desfase




Te encontré en un día extraviado
perdida en un calendario
con desazón en tu cara limpia
y una grieta bajo los pies

Mis palabras no llegaron a tiempo
víctimas de retóricas espesas
los puentes bajaron en desfase
mi llanto fue sordo a tus oídos

Los reinos han sido devastados
sólo quedó inerte la dulzura
la certeza de mi cariño sincero
se derrama lento en el desagüe

martes, 23 de octubre de 2018

Mapocho




Cristalina nace tu agua en El Plomo
cerro que no mancha la dulzura
de tu cauce que corre libre
para refrescar el Valle de Santiago

Los habitantes de la ciudad
desechamos en la ribera
la mierda de rutina
y las frustraciones sedimentadas
salan el torrente

Por el norte te saluda La Chimba
anclada en el pasado
con los yanaconas sufrientes del campo
y el cruel Zañartu que vigila los tajamares

El agua clara que respiras al nacer
sucumbe a la negrura de nuestros días
para desembocar al Pacífico
depósito de angustia y estrés urbano