lunes, 28 de septiembre de 2020

Trigo trigaban




Espigas de trigo penden
amarillas sobre otras oscuras
vidrio que se empaña
cuando la salubridad retiene palabras
¡tiempo sin verte!
el beso de saludo no es al género, tu tela
pero contiene el flujo de voces
dosificadas, con precisión
el pensamiento escoge
los intervalos en el tiempo
y entre las otras palabras
bocanadas de marihuana
se entrometen, sorbos de cerveza.
 
Los ritmos de Madonna despliegan
saltos de espigas, una polera negra
con motivo de Placebo, menea
pero sólo entre sus pares
mi género es arrítmico a la melodía
no es bienvenido. Del otro lado
ojos objetan sagaces
tras el cristal de distancia.
Ese género de tela sella tus labios
a besos y respiraciones íntimas.
 
Espigas de trigo en el invernadero
protegidas de virus y violencias
hacen pensar en el Principito
no soy zorro a domesticar
eres un espíritu libre y volátil
mis palabras no dibujan una rosa.
 
Ha pasado mucho virus bajo nosotros
y en muchas primaveras te aventajo.
 
Suspender el tiempo en una imagen
no te acomoda en primera persona
camino al Metro, al regresar
pregunto si te molesta ver ese tiempo
condensado desfilar por el ciberespacio
¿cómo capturarte?, en papel o pantalla
este zorro no busca devorar
sólo caricias a tus campos de trigo
traspasar el líquido de la superficie
mis yemas en tus raíces doradas.
 
El Principito no puede ser domesticado
a través de la frialdad de tecnologías binarias.

jueves, 24 de septiembre de 2020

John Howell, la película



Se encienden los reflectores
baja la claqueta
en el plató no hay instrucciones
actuar, no entiendo el argumento
me interpelan, el celuloide registra.

No soy protagonista de esta tragicomedia
tan sólo un sobreviviente, ansiedad
por los tropiezos en el set
los camarines han sido clausurados.

Tras los cordones, el público reunido
abuchea esta insulsa puesta en escena
monólogo interior que no permea
el libreto escrito para marionetas.

Camus, sin duda, aplaudiría a rabiar
ostentamos el sarcasmo mordaz
de una vida sin propósito, absurda
a la que nadie fue invitado a participar.

No quiero correr por las calles de Londres
huir no es una opción, mi sombra
sería un hábil centinela, en sueños
me recuerda el rol adquirido por azar.

A lo largo de esta bizarra película
he conocido afectos importantes
evocar esos momentos, pie al diálogo
con los escasos roles secundarios
parece ser mi único afán
travelling en tiempo subjetivo
que no asegura un desenlace feliz.


lunes, 21 de septiembre de 2020

La obra



Cuarenta y dos kilos y medio
cargo sobre mis hombros
los siento como el peso del mundo
o de los días que se acumulan
en el letargo del aire seco
páramo donde se emplaza la obra.

Cada saco contiene el cemento
semilla que promete edificar
desafía las alturas por medio
de la ambición e ingenio humano.

Yo sólo me preocupo de trasladar
los sacos desde el camión al depósito.
Trayectos bajo la canícula del verano
me hacen sudar y ver borroso
no distingo a mi mujer que viene
a dejarme la vianda del almuerzo
ni a mi hijo para regresar a casa.

Todo sea por ganarse el pan
y compartir una cerveza con los amigos.
Los días se tornan más calurosos
el cemento pesa más sobre la espalda.

Falta poco, luego iniciará la obra
mis pasos endebles se esfuerzan
camino a tientas, no puedo seguir
se abre el pavimento y un agujero amenaza
con tragarme a un mundo desconocido.

Por las noches sueño que regreso al trabajo
no se acaban los sacos de cemento
se multiplican como plaga
no hay descanso, no es suficiente jornada
la paga no alcanza, hambre y soledad
la obra se pospone un día tras otro.

viernes, 18 de septiembre de 2020

Derribar monstruos


Luego del triunfo del Apruebo, el sentimiento de alegría invadirá a los chilenos. Celebraremos en Plaza Dignidad y la mañana siguiente será más luminosa. Sin embargo, no hay que descuidarse. Sangre envenenada circulará por las venas de la oligarquía. Ante la inminencia de la Convención Constituyente, la elección de representantes y la posterior- horror para ellos- redacción de la nueva Constitución que remplace al monstruo leguleyo de la dictadura, emergerán los espíritus siniestros del tinterillo Guzmán y de íconos televisivos de los ochenta, recelosos de ver mermado su poder simbólico.

Espectros de Enrique Maluenda, el Pollo Fuentes, Don Francisco, Antonio Vodanovic y periodistas como Claudio Sánchez y Julio López Blanco se conjurarán para dar vida a un engendro esperpéntico invocado a defender, con uñas y dientes, el legado de la oligarquía cívico- militar. Estemos atentos, un gigante al que llamaremos Godzilla, construido con las tierras patronales del latifundio y la sangre de los calicheros explotados por la industria del salitre, asolará esta larga y angosta faja, escupiendo prejuicios sulfúricos mientras canta boleros de la Pati Maldonado. 

Tranquilos, no hay que temer. Los cantos de Víctor Jara remecerán la tierra y en medio de la Plaza Dignidad resucitará el querido Negro Matapacos. Con el influjo de la memoria de Luis Emilio Recabarren, Elías Lafertte, Miguel Enríquez sobreviviente de calle Santa Fe y el Chicho retornando con vítores populares a La Moneda, al son de los compases de la Violeta, el perruno crecerá en tamaño y carisma, arremeterá furioso en contra de Godzilla, como solía enfrentar a los pacos de Fuerzas Especiales durante las protestas estudiantiles, y de un violento mordisco hará explotar un chorro de sangre infecta del monstruo oligarca, quien finalmente caerá derribado sobre la estatua del General Baquedano, muriendo monstruo y monumento anacrónico, que despiden olor a naftalina y chicha agria. 

Ya sin obstáculos, chilenos y chilenas podremos escribir con nuestra tinta más sensible las bases constitucionales del nuevo Chile, inclusivo y solidario, sin desigualdades de ningún tipo ni defensa de privilegiados. La vida después del Apruebo será radiante, pero no sin nuestra cuota de esfuerzo y defensa atenta de los ideales que lo inspiran. La lucha continúa. 


miércoles, 2 de septiembre de 2020

Talca, París y Londres




Señal en cruce de autopista
que confunde hasta al más avezado
como a la pequeña lamgen
ensimismada en su witral entona
Ups, I did it again.

Nadie pretende haber inventado la pólvora
sabido es que Chile es un vertedero
de flujos extranjeros que permean
pero es importante metabolizar
y no permitir que el Alma chilena
se convierta en líquido percolado.

Durante los años de rigor de la bota
sufrimos la inundación de imágenes catódicas
emulando al patriotismo y las raíces
con el rodeo latifundista
los Huasos Quincheros y la familia liberal
astuto monumento del siniestro tinterillo.

La herencia de los Padres de la patria
perpetúa la sangre oligarca
O’Higgins fue hijo natural y tirano
el verdadero pueblo son los huachos
y los rotos que se sacrificaron por el salitre
empresarios ingleses se frotan las manos.

La viga maestra del cobre
precipitó la avalancha del influjo yanki
Raúl Ruiz se lamenta en el exilio
en su destierro en París, triste
de ver chilenos alardeando en Starbucks.

Francisco de Miranda nunca imaginó
que sus discípulos enviados a descolonizar
Latinoamérica del yugo hispano
construyeran un Estado que se deslumbra
de la capital donde O’Higgins fue discriminado
cuya bruma sigue confundiendo al viajero
por la señal infame en tierras maulinas.