lunes, 28 de septiembre de 2020

Trigo trigaban




Espigas de trigo penden
amarillas sobre otras oscuras
vidrio que se empaña
cuando la salubridad retiene palabras
¡tiempo sin verte!
el beso de saludo no es al género, tu tela
pero contiene el flujo de voces
dosificadas, con precisión
el pensamiento escoge
los intervalos en el tiempo
y entre las otras palabras
bocanadas de marihuana
se entrometen, sorbos de cerveza.
 
Los ritmos de Madonna despliegan
saltos de espigas, una polera negra
con motivo de Placebo, menea
pero sólo entre sus pares
mi género es arrítmico a la melodía
no es bienvenido. Del otro lado
ojos objetan sagaces
tras el cristal de distancia.
Ese género de tela sella tus labios
a besos y respiraciones íntimas.
 
Espigas de trigo en el invernadero
protegidas de virus y violencias
hacen pensar en el Principito
no soy zorro a domesticar
eres un espíritu libre y volátil
mis palabras no dibujan una rosa.
 
Ha pasado mucho virus bajo nosotros
y en muchas primaveras te aventajo.
 
Suspender el tiempo en una imagen
no te acomoda en primera persona
camino al Metro, al regresar
pregunto si te molesta ver ese tiempo
condensado desfilar por el ciberespacio
¿cómo capturarte?, en papel o pantalla
este zorro no busca devorar
sólo caricias a tus campos de trigo
traspasar el líquido de la superficie
mis yemas en tus raíces doradas.
 
El Principito no puede ser domesticado
a través de la frialdad de tecnologías binarias.

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