viernes, 29 de agosto de 2014

Tránsito histórico




Juventud adolescente, idealismo como espuma,
la savia social corre por la sangre, pensamiento
en formación,
aulas universitarias construyendo teorías.

El pasado inmediato empuja hacia las olas,
grandes discursos se tienden como puentes,
el materialismo histórico solidifica una meseta
práctica, sobre la cual otear
el paisaje circundante.

Gen adherido, raíz atávica que proyecta
sombras chinas,
biografía personificada en el escenario.

Pero el cisma teórico, la fuerza telúrica
que desarma la Modernidad
no puede obviarse,
polen estival que atraviesa ventanas
y postigos,
y hay que asirse a una etiqueta
para mantenerse a flote.

La poesía es el discurso de la tribu,
corriente subterránea
sobre ella descansan las ciudades,
pan de cada día
pese a que no sea grato al paladar
de todos.

Navegar con la corriente o morir,
el poeta es instrumento vocal de su época,
rasguñar la tierra para dejar huella,
el oficio de escribir no puede ser
trozo de género que se arranca al tejido
del orbe.

Sin embargo yo me siento parte del todo,
un granito más de la ingente playa,
desconfío del vate mesiánico
y de los profetas modernos.

Escribo para drenar mi verdad
contenida entre retazos biográficos,
algunos de algarabía, otros traumas
dolorosos,
un plasmar la sombra inconsciente.
El Tiempo y la Vida se encargarán
de dar forma a los grandes discursos
o diseccionarlos como piezas de museo,
un tránsito histórico
soy sólo un espectador.

jueves, 21 de agosto de 2014

Distancia intelectual


Instinto de vida arrabalero, los Bajos Fondos desprecian
la vida acomodada:
el riesgo, la gallardía, zonas inseguras; torbellino que aturde,
sin lugar al pensamiento ni al sosiego.

El hábitat natural del poeta es la marginalidad,
ser consecuentes acarrea sacrificios abnegados,
la vida del pobre puede ser muy sabia,
voluntad que envejece.
No se puede jugar al burgués fariseo,
y rendir cuentas a la vida sólo bajo el chorro
de las luminarias.

Hijos del tránsito histórico, víctimas de las circunstancias:
los cerdos son conscientes del afrecho
que le ofrecen los humanos.
Palacio de espejos circense, la fisonomía se disuelve
en máscaras de carne prestadas.

(el determinismo no pasa de ser un enunciado)

Antaño, por tierras edénicas
que atraviesan el lar,
solía rendirle tributo a las manos de Dios, marioneta
dócil y sumisa,
pasividad que se rebela al seducir los hilos.

(Pirandello llora desconsolado, sus personajes
se han emancipado)

Dueño de mis actos, capitán de mi destino,
quise ser el arquitecto de mi propia urbe,
mas el Peso de la Noche aplastó
mi peregrinar.

Aire,
Tierra,
Cielo,
Escombros,
las antípodas se divierten jugando a las escondidas,
y no son más que asientos de la rueda de la fortuna
del gran circo de la vida:
los niños ríen, se divierten.

Estamos condenados a nuestra libertad

Albert Camus increpa hasta la saciedad
la hipocresía de alcurnia de Jean- Paul Sartre:
él creció en poblaciones argelinas,
su rival se rodeó de una magnífica biblioteca,
distancia del conocimiento erudito.

Nadie quiere escupir en su acta de nacimiento,
ni olvidar los paisajes de infancia:
buscamos transparentar el pensamiento
que carece del olor de las callejuelas.

viernes, 15 de agosto de 2014

A la sombra de un Roble


Dos gotas, ¿mellizos?

Nos vestían iguales, la misma melena, la chasquilla,
el jardín de los senderos se bifurca.

Luis Alejandro siempre fue mal alumno no obstante,
sociable, entretenido.
Yo admiraba la sombra de mi padre.
Leía, me encantaba leer.

El hermano mayor abre caminos y compite.
Golpe a tierra, meseta que se quiebra,
hay que equilibrar:
poco importa si estás en desmedro o privilegio.

Luis Alejandro siempre mostró interés por el dinero,
yo ensayaba acrobacias en el aire.

El pecado de Caín fue la envidia, el primogénito
es capaz de fundar metrópolis,
abrigar a la descendencia:
no siempre cuenta con el padre.

A la sombra del Roble,
Luis Alejandro me miraba desconfiado,
cimentaba su imperio en la carencia.

Los celos, un prisma engañoso, ilusión
óptica.

Timón a babor- estribor- babor…
el otoño del patriarca
-nos quedamos con las manos vacías,
mi amor. Tenemos que vivir.

Luis Alejandro fue astuto,
adquirió acciones en la Bolsa en tiempos de crisis.
(Luis Alejandro vagó por tierras baldías)

Algunas noches mi hermano llama,
y ajusta el collar sobre mi cuello.

La vida le ha cobrado la factura:
soy su consejero,
lo invito a pasear por el Parque Forestal
y olvido darme cuenta que no escucha.

viernes, 8 de agosto de 2014

Niña insidiosa


Te conocía tan frágil, Paloma.
Translúcida, creí que la brisa te haría levitar.
Me aventajabas en edad, mas la dulzura
emanaba por tus poros.

Vulnerable,
fui un manto protector.
Juego de ilusiones, errores pueriles:
compañía.

El perfume de tu sensualidad,
cadencia exquisita de tu experiencia en el lecho
la de pasión,
me hicieron delirar ardiente tras la promesa,
comezón de sinuosidades que embrujó mi inocencia,
deseo que anidó en páramo estéril, famélico:
me negaste la sal y el agua.

Como un adolescente salí a la calle en tu búsqueda.
Te encontré haciendo el amor con un desconocido.

En ese momento, con tu rostro en mi retina,
adorada Maldísima,
decidí instalarme a vivir en la Plaza de Armas.