lunes, 28 de mayo de 2012

Perfume cautivante



Aunque eres invisible,
logro contemplar tu hermosa
y grácil figura,
que me hace entrar
en trance.
Aunque eres inasible,
logro sentir tu mirada profunda
que petrifica mis músculos,
y me hace desdoblarme
viajando por tierras
edénicas.

Como un perfume cautivante
te escurres entre puertas y ventanas,
traspasando muros,
frustraciones, recuerdos
y dolores.

Cada vez que fijo mis ojos
en un punto del espacio libre
o del subterráneo
más oscuro,
apareces con tu postura
cadenciosa
y tu sonrisa angelical,
y es entonces cuando siento
que cada hoja de todos
los árboles de la Tierra
tiene reservado su lugar,
cada gota de lluvia tiene
su sentido al caer.

Cada vez que irrumpes
en mis sueños,
los conviertes en un paraíso
tan real que casi puedo palparlo.

Cada vez que me acompañas
por desiertos o praderas,
siento que la travesía
se acorta,
y son en estos momentos
de borrachera emocional
que puedo estampar
mi firma en la certeza
que llegará el día
en que te transfigures,
para acariciar
cada centímetro
de tu suave piel,
a lo largo de tu
majestuoso cuerpo.

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