martes, 15 de mayo de 2012

Raíces cercenadas



Un árbol que nace
con las raíces torcidas.
Un recién nacido que ansía
inundar su interior
del aire circundante,
mientras observa que le amputan
las manos.
Una tierra de siembra virgen
que se deshace en lamentos
al paso de la lluvia
inclemente.
El pueblo escogido por Dios
ahogándose,
en medio de su travesía
entre el mar del destierro.

Éste es el triste epílogo
de una historia inconclusa,
pues la Naturaleza es a veces
mezquina,
enlodando el sendero
donde sus pies se hunden.

El sol enceguece la mirada
y deshidrata el aliento,
desolado páramo
donde los anhelos se evaporan,
y el abismo reemplaza
al horizonte.

Por las noches,
cuando el hombre sueña,
el trono de los cielos
está ausente,
mientras en los suelos
la muchedumbre ferviente
adora a figuras de yeso,
serena en la confianza
del amparo de la
Providencia,
que por estos días espera
su pensión en un banco
de la plaza pública,
en compañía
de palomas hambrientas.

La geografía humana exhibe
grietas en su paisaje
tristemente irregular,
y llora en silencio la muerte
del padre
que olvidó labrar el curso
de los hombres.

No hay comentarios:

Publicar un comentario