domingo, 8 de abril de 2012

Hubiera sido tan bello



Una vez leí que los literatos brasileros
tenían una palabra que designaba
la nostalgia
de lo que no fue,
como una añoranza
de las potencialidades
abortadas.

No puedo sino sentir
ese afligir
en mi interior,
pese a que en mi juventud
hice un compromiso
con la vida
de no llorar
sobre la leche
derramada.

Un profesor de literatura,
además de poeta,
lanzaba reflexiones al vacío
con la vana esperanza
que se depositaran sobre la
conciencia
de sus alumnos.

“Hubiera sido tan fácil”,
profería,
“hubiera sido tan fácil
Hacer lo correcto, lo debido”.
Mas remataba concienzudo:
“No, no hubiera sin tan fácil,
porque, de haber sido tan fácil,
lo hubiera hecho”.

Parece una constante en el pensamiento
de los hombres
el pasar revista a los acontecimientos
pretéritos,
como una forma de reconstruir
los hechos
inconexos.

Más aún, también lo es
en la literatura.
Enrique Lihn intenta
otorgar un sentido trascendente
y vitalmente comprensible
a esas lagunas temporales de su
memoria
a través de esa máquina centrífuga en
La pieza oscura.

Es sabido, no se puede alterar
el curso de la historia
ni menos el natural devenir de
los hechos.
Sin embargo, buscamos
culpables.

Y por sobre todo, más allá de responder
a la interrogante
sobre cuál sería el actual estado de
las cosas
si hubiéramos dado un giro a
los sucesos,
añoramos con nostalgia el pasado
que no fue
y nos lamentamos del presente.

En fin, secándome las lágrimas,
diré que siento como si
anónimas fuerzas
me hubieses amputado
las piernas.

Tanta confusión,
tanta incertidumbre, tantos bastonazos
de ciego.
Aprendí muy tarde, lo poco y nada
que aprendí
es un conocimiento tardío.

Y ahora, cuando creo haber recibido
prótesis
de confianza, veo que los caminos
han sido clausurados,
la luz no entra en mi habitación
pues los pestillos de las ventanas
han sido
codiciosamente
sellados,
y un candado de soberbia
asegura los grilletes a mis pies.

Hoy,
en la edad media de mi vida,
evoco con nostalgia de
anciano
mi juventud llena de bellos ideales,
también afirmo que soné
fundiendo el cobre
y limando las caras del diamante.

El tesoro no conduce al arcoíris.

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