A Anais Navarro
El título alude al nombre
de una columna
del periodista Francisco Mouat,
en la cual le deseaba buena suerte,
y le sugería sostenerse fuerte
ante los vaivenes de la vida,
a su hermana menor,
a días de casarse.
Anais, como sabrán,
es la hija de Viviana,
mi ex polola,
y hoy amiga fraterna.
Es curioso que sienta
un lazo emocional por Anais,
pese a no ser el padre biológico,
ni ser ella una
responsabilidad personal,
pero a lo largo de estos cinco años
que la conozco,
la he visto crecer y madurar.
Anais, pequeña niña
efusiva y traviesa,
conozco de tus dolores y carencias,
de tus anhelos insatisfechos
y de tu capacidad de amar.
No soy el hombre
más experimentado en la vida,
pero no me hace falta para prever
que te quedan años difíciles
por delante.
Me gustaría protegerte
y estar siempre a tu lado,
pero ya no me corresponde.
Sé de tus fortalezas e inteligencia,
por lo cual confío que estarás bien.
Espero que no me olvides.