Yo no entiendo por qué dicen que los chilenos
somos racistas.
He tenido amigos bolivianos, peruanos y
argentinos.
Así que no me vengan con el cuento de que
sufro prejuicios de raza:
el ignorante bolita me convidó hojas de coca,
el cholito hediondo me contó maravillas de
las ruinas de Machu Picchu,
y el argentino me invitó a ver a su madre al
prostíbulo.
Además, ¿qué diferencias hay entre los
colores de la piel?
La verdad, hay muchas, dirán ustedes:
el africano fue horneado seis horas
(dicen que el alfarero fue el mismo Judas),
el chino tuvo la desgracia de ser tiznado
por las canícula de las margaritas,
y el indio compartió accidentalmente el
espacio de greda
con su amante pelirroja.
Pero el europeo nació del calor justo y
necesario,
ni negro, ni amarillo, ni carmín;
y no me nieguen que el blanco es el tono
perfecto
(yo no les voy a aceptar que ofendan
a la santísima e inmaculada Virgen María).
¿Y nosotros, chilenos todos?
(Caupolicán extrajo las vísceras de Inés de
Suarez
el brebaje estuvo a cargo de nuestra amiga
Quintrala
y fue Balmaceda el que nos dio la vida al
inyectarlo en nuestras venas).
Un día un amigo mapuche me dijo que lo
denigraron en su escuela.
Supo que su profesor preguntó por él en su
ausencia:
“¿vino el indio?, ¿o no?”,
y le intimidaba el instante en que su
apellido
era pronunciado en la lista de clases.
Yo lo consolé al decirle:
“La misma sangre nos inunda a todos,
pero Eyzaguirre, Errázuriz y Correa
desconocen su origen”.
“Negro de mierda, naciste para ser esclavo”.
Esa frase fue dedicada a mi persona
(y la dedicatoria fue con nombre y apellido).
¿Dónde?
En un lugar de Latinoamérica
cuyo nombre nadie recuerda.
Bueno, no hay razón para ser vengativo.
Además, esos señores tienen su honor y
nobleza
(o su hipocresía, como se prefiera).
Dicen que los chilenos somos hijos de la
Madre Patria
¿España? ¿Castilla ¿Aragón?
Si hay un historiador en esta sala que por
favor me lo aclare.
Yo diría que somos hijos de la misma sangre
oscura.
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