jueves, 9 de agosto de 2012

Mujer indeleble



                              A Viviana Vigouroux

Podría unir con pensamientos
las luces de las estrellas
desde cualquier punto del planeta,
y evocar tu sonrisa;
podría ser expulsado
violentamente
del océano de las tribulaciones
de tu ausencia,
y dibujar tu rostro nítido en la arena;
podría reconocer tu olor
a kilómetros de distancia,
aunque me encontrase sumido
en la fauna exuberante
de la Selva del Amazonas.

Mis dedos serían el testigo
irrefutable de tu cuerpo
al posar mis yemas sobre tu piel,
y caería en éxtasis
al emborracharme de placer
con los cálidos acordes
de tu risa cadenciosa.

Mujer antediluviana
que resististe incólume
el castigo de las lluvias
torrenciales de Dios,
para mantener tu boca
húmeda a mis besos,
memoria grabada con sangre
en mis huesos
para no confundir
tus caricias irremplazables
ni ante un harem de odaliscas.

Las leyes del hombre
pueden levantar
muros de vergüenza
entre nosotros,
izar banderas ideológicas
en nuestra conciencia,
o imponer falsos ídolos
para nuestro culto,
pero tu mirada ha esbozado
un manantial de emociones
en mi historia,
y aunque otra mujer
tome mi mano,
mi cariño siempre será
propiedad de tus besos.

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