viernes, 2 de noviembre de 2012

Gigantes invisibles



Dedos de viento que giran por inercia;
atrapan el aire hasta la asfixia.
Por el círculo que encierran las aspas
se ve un laberinto en forma de espiral,
y la sombra de la lanza del caballero
se deshace junto a su triste figura.

En Montesinos dejó su capa caída,
que un girón de cielo oculta en su armadura
de hierro gris con óxido
enterrado en alba sepultura.

Pese a que el sol se interna
en cúmulos de cemento,
sus manos empuñadas aún
se estiran al cielo
desgarrándose en combate
con armaduras invisibles,
que en picada lanzan alaridos
a oídos sordos y herméticos,
que consumieron el oxígeno
del hombre de cristiana sepultura.

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