El
confinamiento suele extenderse
a
otros departamentos
tiempos
pretéritos que amanecen
en
mis pupilas, tal vez en las tuyas.
Época
difícil, trabajo bajo encierro
dos
gatos atrapados en un departamento
a
ratos confundidos, con angustia
en
ocasiones tus ronroneos dulces.
Corretearse,
jugar a la escondida
arañamos
los computadores
revolcarse
por la alfombra, acariciar
el
pelaje disfrazado de piel.
Los
felinos ven a los humanos
como
gatos grandes y torpes.
Lo
éramos, no coincidir en ánimo
y
tropezar con las palabras.
Oía
tu llanto de niña
cuando
asomaba desde la mujer
vulnerable
y taciturna, con pelaje
de
minina fría y solitaria.
Las
desconfianzas surgían
mostrabas
tus garras
yo
me asumía un gato retraído
autoritario
al disciplinar la camada.
Explotación
del hombre por el hombre
fuimos
humanos al terminar el empleo
ahora
extraño los juegos con madeja de lana
cuya
hebra lanzo, a ver si recoges
encierro
de gatos, calor macho- hembra
un
cascabel que resuena en el tiempo.
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