Publicación de obras literarias:
Un Camino Tortuoso
- Pese a que la producción literaria nacional aumentó
en un 8,5% en el primer semestre del año pasado, la realidad para los
escritores es áspera al momento de publicar porque las cifras de títulos
publicadas no se condicen con la cantidad de libros vendidos.
El
joven poeta Carlos Valle estaba dichoso aquella tarde en la que visitó a su
amigo periodista y editor Héctor Velis Meza. La editorial LOM, de reconocido
prestigio por publicar a autores de la talla de Ramón Díaz Eterovic, había
aceptado publicar su obra poética. Sin embargo, Velis Meza, conocedor del mundo
editorial, aterrizó al incipiente vate: la editorial le exigiría el pago de un
millón de pesos para embarcarse en la publicación de su libro.
Esta
circunstancia adversa para el escritor se repite, con diversas variantes. En
muchos casos a la hora de intentar publicar sus escritos, Chile, tierra de
poetas, no presenta un panorama muy favorable para sus promesas literarias. Si
bien el país ostenta un incremento de un 8,5 por ciento en su producción
literaria el primer semestre del año 2006 con relación al mismo período del año
anterior, esta cifra resulta ser aparente al contrastarla con la cantidad de
libros vendidos, muy inferior al tiraje inicial.
Héctor
Velis Meza, periodista de profesión, miembro del directorio de la Cámara
Chilena del Libro y, además, escritor dueño de su propia editorial, aclara que
no se acerca a la verdad la imagen nacional de una escasa edición, impresión y
lanzamientos de volúmenes de literatura. “Incluso se puede decir que Chile es
un país donde se publica mucha poesía”, afirma, considerando que es la
narrativa el género preferido por las editoriales.
No
obstante, aunque el año 2005 se publicaron 3 mil 565 títulos, “un porcentaje
muy alto de esos libros jamás llega a las librerías”, señala el editor. Un
ejemplo de esta situación que entrega el periodista son los libros de fondos
concursables. Asimismo, Velis Meza asegura que las cifras de producción
literaria nacional se interpretan de distinta forma en la Cámara Chilena del
Libro, donde se indica el número de libros publicados, y en la Sociedad de
Editores de Chile, donde muestran la cantidad de libros vendidos.
“Lo
más importante en un libro, curiosamente, no es publicarlo, sino venderlo”,
dice el escritor, sin temor a ser paradojal en su apreciación dada la pesimista
evidencia que entrega a su gremio. En este mismo sentido agrega que “más
importante que el escritor, muchas veces, es el que vende el libro”.
Según
Velis Meza, no es posible saber la cantidad de libros vendidos. “En el mundo del
libro existe desconfianza y nadie dice la verdad”, explica. Sin embargo, como
cifra estimativa, arriesga a decir que las ventas totales por concepto de
libros al año bordea los cien millones de dólares, lo cual, a su juicio, no es
tanto en consideración a la cantidad de habitantes en Chile.
“En
rigor, yo creo que ha crecido la industria de la impresión más que la de la
edición”, opina el director de la Cámara Chilena del Libro. A modo de ejemplo,
cita el caso de su amigo poeta Carlos Valle, quien debió pagar la mitad de la
edición de su libro, con la posibilidad, en la eventualidad que la edición se
venda exitosamente, de recibir una cifra mayor que la invertida, además de los
derechos de autor.
Ante
los evidentes riesgos que pesan sobre los nóveles escritores a la hora de
publicar, que se acrecientan si lo hacen por primera vez y son desconocidos,
surge la alternativa de la auto- edición, considerando que las editoriales no se
aventuran a publicar a autores que no sean una carta segura de venta. Empero, según
Velis Meza, muchos de estos libros no llegan a las librerías, lo cual no
implica que sea una modalidad escasa: el 14 por ciento de los libros publicados
el año 2005 fueron auto- ediciones, justamente porque las editoriales sólo
publican obras con venta segura. Este camino resulta más llano para los
periodistas que, según asevera el editor, tienen mayor acogida para auto- editarse
con ayuda de casas editoriales.
La
situación es más crítica para el mundo del libro si se considera la relación
entre la tirada de libros, un promedio de mil ejemplares por título, y la
cantidad de habitantes en Chile, aproximadamente 16 millones. Según Velis Meza,
ante estas cifras “lo que deberíamos hacer es sentarnos en la cuneta a
llorar”. Incluso novelas como “Madre que
estás en los cielos”, del chileno Pablo Simonetti, que tuvo una tirada de 35
mil ejemplares es, a juicio del editor, poca cantidad para la población
nacional.
Una
solución alternativa que plantea el comentarista de libros de Teletrece Cable
es la que él mismo ideó para sus obras literarias. Creó una editorial,
Ediciones Cerro Huelén, y estableció una sociedad con la librería Feria Chilena
del Libro, que maneja junto a la librería Antártica la mayor cantidad de
ventas, para publicar sus libros y distribuirlos en las tiendas de libros
asociadas. Sus obras se exponen en todas las vitrinas de los locales de la
Feria Chilena del Libro y ha logrado gran cantidad de ventas. Advierte que
conservó los derechos de autor, un 10 por ciento de las ventas del libro, y
negoció un 15 por ciento de las ventas, dejando el resto a la librería. “En
este caso la auto- edición funciona”, señala.
Velis
Meza enfatiza que en esta modalidad el escritor se convierte en empresa y su
nombre en una marca. “Pablo Hunneus lo hizo y ganó mucho dinero, incluso vivió
años de sus libros”, cuenta el escritor. Según el autor de “Las palabras por su
nombre”, esta modalidad es tan exitosa que periodistas que han publicado sus
libros con gran cantidad de ventas, como Cristóbal Guarello, quieren hacer lo
mismo. Aunque reconoce la habilidad del periodista deportivo para escribir
libros que tienen tan buena acogida en el mercado, Velis Meza enfatiza que “yo
he ganado más que él”.
Santiago, segundo semestre de 2007
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