lunes, 14 de enero de 2013

Un Camino Tortuoso



Publicación de obras literarias:
Un Camino Tortuoso
  • Pese a que la producción literaria nacional aumentó en un 8,5% en el primer semestre del año pasado, la realidad para los escritores es áspera al momento de publicar porque las cifras de títulos publicadas no se condicen con la cantidad de libros vendidos.

El joven poeta Carlos Valle estaba dichoso aquella tarde en la que visitó a su amigo periodista y editor Héctor Velis Meza. La editorial LOM, de reconocido prestigio por publicar a autores de la talla de Ramón Díaz Eterovic, había aceptado publicar su obra poética. Sin embargo, Velis Meza, conocedor del mundo editorial, aterrizó al incipiente vate: la editorial le exigiría el pago de un millón de pesos para embarcarse en la publicación de su libro.
Esta circunstancia adversa para el escritor se repite, con diversas variantes. En muchos casos a la hora de intentar publicar sus escritos, Chile, tierra de poetas, no presenta un panorama muy favorable para sus promesas literarias. Si bien el país ostenta un incremento de un 8,5 por ciento en su producción literaria el primer semestre del año 2006 con relación al mismo período del año anterior, esta cifra resulta ser aparente al contrastarla con la cantidad de libros vendidos, muy inferior al tiraje inicial.
Héctor Velis Meza, periodista de profesión, miembro del directorio de la Cámara Chilena del Libro y, además, escritor dueño de su propia editorial, aclara que no se acerca a la verdad la imagen nacional de una escasa edición, impresión y lanzamientos de volúmenes de literatura. “Incluso se puede decir que Chile es un país donde se publica mucha poesía”, afirma, considerando que es la narrativa el género preferido por las editoriales.
No obstante, aunque el año 2005 se publicaron 3 mil 565 títulos, “un porcentaje muy alto de esos libros jamás llega a las librerías”, señala el editor. Un ejemplo de esta situación que entrega el periodista son los libros de fondos concursables. Asimismo, Velis Meza asegura que las cifras de producción literaria nacional se interpretan de distinta forma en la Cámara Chilena del Libro, donde se indica el número de libros publicados, y en la Sociedad de Editores de Chile, donde muestran la cantidad de libros vendidos.
“Lo más importante en un libro, curiosamente, no es publicarlo, sino venderlo”, dice el escritor, sin temor a ser paradojal en su apreciación dada la pesimista evidencia que entrega a su gremio. En este mismo sentido agrega que “más importante que el escritor, muchas veces, es el que vende el libro”.
Según Velis Meza, no es posible saber la cantidad de libros vendidos. “En el mundo del libro existe desconfianza y nadie dice la verdad”, explica. Sin embargo, como cifra estimativa, arriesga a decir que las ventas totales por concepto de libros al año bordea los cien millones de dólares, lo cual, a su juicio, no es tanto en consideración a la cantidad de habitantes en Chile.
“En rigor, yo creo que ha crecido la industria de la impresión más que la de la edición”, opina el director de la Cámara Chilena del Libro. A modo de ejemplo, cita el caso de su amigo poeta Carlos Valle, quien debió pagar la mitad de la edición de su libro, con la posibilidad, en la eventualidad que la edición se venda exitosamente, de recibir una cifra mayor que la invertida, además de los derechos de autor.
Ante los evidentes riesgos que pesan sobre los nóveles escritores a la hora de publicar, que se acrecientan si lo hacen por primera vez y son desconocidos, surge la alternativa de la auto- edición, considerando que las editoriales no se aventuran a publicar a autores que no sean una carta segura de venta. Empero, según Velis Meza, muchos de estos libros no llegan a las librerías, lo cual no implica que sea una modalidad escasa: el 14 por ciento de los libros publicados el año 2005 fueron auto- ediciones, justamente porque las editoriales sólo publican obras con venta segura. Este camino resulta más llano para los periodistas que, según asevera el editor, tienen mayor acogida para auto- editarse con ayuda de casas editoriales.
La situación es más crítica para el mundo del libro si se considera la relación entre la tirada de libros, un promedio de mil ejemplares por título, y la cantidad de habitantes en Chile, aproximadamente 16 millones. Según Velis Meza, ante estas cifras “lo que deberíamos hacer es sentarnos en la cuneta a llorar”.  Incluso novelas como “Madre que estás en los cielos”, del chileno Pablo Simonetti, que tuvo una tirada de 35 mil ejemplares es, a juicio del editor, poca cantidad para la población nacional.
Una solución alternativa que plantea el comentarista de libros de Teletrece Cable es la que él mismo ideó para sus obras literarias. Creó una editorial, Ediciones Cerro Huelén, y estableció una sociedad con la librería Feria Chilena del Libro, que maneja junto a la librería Antártica la mayor cantidad de ventas, para publicar sus libros y distribuirlos en las tiendas de libros asociadas. Sus obras se exponen en todas las vitrinas de los locales de la Feria Chilena del Libro y ha logrado gran cantidad de ventas. Advierte que conservó los derechos de autor, un 10 por ciento de las ventas del libro, y negoció un 15 por ciento de las ventas, dejando el resto a la librería. “En este caso la auto- edición funciona”, señala.
Velis Meza enfatiza que en esta modalidad el escritor se convierte en empresa y su nombre en una marca. “Pablo Hunneus lo hizo y ganó mucho dinero, incluso vivió años de sus libros”, cuenta el escritor. Según el autor de “Las palabras por su nombre”, esta modalidad es tan exitosa que periodistas que han publicado sus libros con gran cantidad de ventas, como Cristóbal Guarello, quieren hacer lo mismo. Aunque reconoce la habilidad del periodista deportivo para escribir libros que tienen tan buena acogida en el mercado, Velis Meza enfatiza que “yo he ganado más que él”. 


Santiago, segundo semestre de 2007

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