miércoles, 26 de febrero de 2025

Viento puelche

 



Vacaciones familiares en La Araucanía

un balneario distante por entonces

del prestigio turístico que adquirió en el siglo XXI

en los 80 acogió a tres familias pudientes

que solían compartir en sus ratos libres.

 

Preadolescente tímido, fui a pasear con mis hermanos

y los otros jóvenes con los que veraneábamos

arrendar un bote por la tarde

nos internamos varios niños en el Lago Caburgua

una verdadera odisea en la rutina inocente.

 

El sol se ocultaba y desde la Cordillera

una brisa cálida nos adormeció serenos

líquido apacible, el tiempo se detuvo.

 

Hasta que la calma tornó en peligro

el viento puelche fue arrastrando

la embarcación aguas adentro.

 

Es un episodio de infancia. Salimos airosos

el remar con esfuerzo convirtió esta aventura

más allá del susto, en una anécdota

que recordamos las pocas veces que nos reunimos

los niños de entonces cuando fuimos adultos.

 

Días después de alcanzar medio siglo de vida

evoco el viento puelche de mi infancia

que se ha inmiscuido entre mis sueños

sigiloso, inadvertido, como un fantasma.

 

Al pavimentar rutas, al izar andamiajes

el viento puelche ha irrumpido anónimo

sin preguntar, sin previo aviso

para torcer el curso natural de los hechos

déspota entre prepotentes

y conducirme a parajes insospechados

secuestro de voluntad y raciocinio

como un pequeño bote de niños en aguas recónditas.


2 comentarios:

  1. Felicitaciones Gonzalo.Endulzaste esa peligrosa aventura escribiéndola como un bello poema.

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