Te asomas al balcón a mirar las estrellas
luces diminutas, astros extinguidos
a velocidad luz viajan hasta la montaña
donde se enclava tu hogar, bastión triste
Brillan pese a que han desaparecido
distancia sideral hasta el origen de luz
tan lejos como sientes a tu hija
deambular por los cerros porteños
Las estrellas están muertas y te iluminan
sientes el vacío del nido y la recuerdas
pero el cordón umbilical, tenso en tu ombligo
no desparece
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