lunes, 14 de agosto de 2023

Moloch


 

La especie humana esconde un demonio
depredador, sus escrúpulos fueron inmolados
a cambio de ambiciones rastreras.
Bronce que simula ser oro, metal de baja ley.
 
Los niños reciben el beso de su madre
por la mañana junto a la merienda
no sospechan, camino a la escuela
el orificio abre el pavimento.
 
Tragados por la ciudad, sin previo aviso
carne fresca que nutre la insidia
alimenta el poder de banqueros
y prestamistas
fariseos modernos al acecho.
 
Engendro que vigila nuestros pasos
envenena el sudor del obrero
acosa cada tecleo del oficinista
enturbia la leche de los infantes.
 
Moloch, falso ídolo rabínico o cananeo
en Cartago, La Habana o Santiago de Chile
no distingue raza ni creencias
crece bestial, fagocita la ingenuidad.
 
Escultura colosal de bronce
con maldad ígnea en su interior
seduce a inocentes, abusa de los menores
la pureza es tentación y goce
cada bocado de carne tierna
asciende cruel por desiertos y océanos.

 

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