Contemplas absorta el paisaje
las suaves colinas
el roble que irrumpe
y la imagen
parece un espejo de agua
en tus ojos
La savia del árbol inunda tus venas
sangre o veneno, te moviliza
las ramas se prolongan en tus brazos
aguardas la tarde
al cobijo de la sombra
Muchacha, has cambiado
el largo viaje amplió tus horizontes
Penélope en busca de Ítaca
y la vida adquiere otro prisma
Las huellas que dejan tus pisadas
se desvanecen en la arena.
El tronco del que provienes
ahora busca otra tierra
Algo hay ajeno en ese verdor
calendarios viejos por el suelo.
Este horizonte no te acompaña
se disparan los puntos cardinales
El movimiento se detiene
en una oveja descarriada
de oscuro atuendo en la llanura
exiliada de su propio rebaño
que la sientes tan propia
un signo sobre tu frente
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