Extraviado entre paredes de idiomas
escucho suspiros en lenguas muertas
la cálida neblina se escabulle
me quedo solo a la intemperie
Sobre mi cabeza
el sol horada mis pensamientos
los pies arden sobre el vacío
Ecos de una mujer evanescente
me llaman y no logro verla
Interno en mi laberinto
no busco el hilo de Ariadna
sino encontrar a Asterión en el centro
aquel monstruo que habita en nosotros
para perdonarlo y reconciliarme
y ver mi cara reflejada en sus ojos
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