El general de hierro observa
desde la altura de su caballo
las avenidas sosegadas
otrora bullentes de algarabía
marea desbordante tricolor.
Más abajo, sobre la explanada
mendigos arropados con frazadas sucias
beben vino en cajas de cartón
y ven televisión instalados a la intemperie.
Los avisos luminosos envuelven
muchachos punk azotando basureros
parejas se besan sobre el pasto húmedo
adolescente que lían cigarrillos de marihuana
jubilados leen novelas de misterio.
Sobre un banco de madera fumo
y el humo confunde mis ojos
que bailan incesantes por el parque
con la vana ilusión de volverte a ver.