El intangible no nos ata,
Astrid
Fugellie
Los
ojos de Dios me observan en todo momento,
en
todo lugar, Padre intangible
verdugo
draconiano
niño
medroso escondido en un rincón
se
orina por culpa
se
disculpa ante la travesura
Niño
atrapado en cuerpo de hombre
adoleces
estirar tus centímetros
Rostros
de yeso inquisitivos
demonios
sacros
catolicismo,
garantía de la alcurnia
joven
de buena familia
paseos
solitarios por el patio del colegio
ficciones
existencialistas
elucubraciones
mano
que asoma del cielo y sostiene
mi
brazo desgarrado
Si
los océanos no caben en un agujero
el
Cielo no cabe en mi cabeza
Dios ha muerto
Nietzsche
resucita
Jesuitas
evangelizan a los mapuche
viven
en poblaciones
las
cúpulas de basílicas se quiebran
el
excremento emerge de la alcantarilla
del
Vaticano
América
Latina Católica Apostólica y Romana
Jesucristo
el carpintero pobre
edificando
parroquias en las amazonías
fraternidad
indígena
nos
abraza Solentamine
Santiago,
¿quieres
que te apadrine ante los ojos de Dios?
Soldados
de Cristo
Estoy
ahíto de dudas y hambriento de certezas
No
obstante
la
ternura de los cristianos parias
clandestinos,
refugiados en catacumbas
hacen
posar mi mano sobre tu hombro
El amor no es privativo de la Iglesia
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