146
mujeres encerradas
alberga
un edificio de Manhattan
en
su mayoría jóvenes inmigrantes
muchachas
de Italia y Europa del Este
nostálgicas
de sus raíces, cosen botones
remachan
costuras de mangas y cuellos
hacinamiento
52 horas a la semana.
El
hormigueo de las agujas embrutece
no
hay tiempo para descansar
la
fábrica textil no puede detenerse
estas
mujeres carecen de derechos
posnatal,
sala cuna, fantasías irrisorias
la
femineidad como factor productivo
de
camisas para hombres adinerados.
Había
que prevenir robos
los
dueños de la fábrica cerraron con llave
todas
las puertas de las escaleras.
Una
colilla de cigarro en un cubo
lleno
de restos de tela
un
motor fundido de máquina de coser
¿qué
importa?
Es
la rabia, la fuerza de mujer
que
se rebela contra el abuso
sacude
las camisas de los businessman
origina
un fuego en estampida.
Explotación
de la mujer por el hombre
pincharse
los dedos, espaldas con lumbago
los
engranajes de opresión friccionaron
y
surgió un fuego a la trampa.
Triangle
Shirtwaist de Nueva York
146
cuerpos femeninos calcinados
marzo
de 1911, las mujeres no olvidan
la
asfixia, las contusiones, el estrellarse
de
golpe contra el pavimento
el
salto al vacío
las
llamas de esta pira inexorable.
La
primera persona en saltar fue un hombre
(uno
de los pocos obreros textiles)
entonces,
otro hombre besó a una mujer joven
un
beso en la ventana y ambos saltan a la muerte.
Mujeres,
hay hombres en este sacrificio
que
saltaremos con ustedes por sobre las llamas.
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