Cristo
se compadeció de aquella mujer
ungido
a sacrificarte por el pueblo de Israel
la
extranjera clamó por migajas
sobremesa
del banquete de los señores
abajo perros vagos se deleitan
con
las sobras
me
encuentro perdido en el rebaño
pero
no busco al pastor
reniego
de profetas y salvadores
cordero
de Dios ausente
osamenta
en el desierto
los
deudos desconocen mi paradero
fémur
y húmero se solazan al calor
prendas
de vestir danzan en remolinos
NN
en busca de identidad
pordiosero
mendigando entre burgueses
la
paloma que acariciaba mis mejillas
emigró
hacia tierras más prometedoras
instante
más instante menos
segundero
dilata el movimiento
músculos
anquilosados
hastío
que todo lo envuelve
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