martes, 22 de diciembre de 2020

Los filmes del viejo Bergman


 

Celuloide antiguo
caduco en su lenguaje
alberga en sus imágenes un sentido
capaz de iluminar tinieblas
en esta era de confusión e ilusiones.
 
Encarnarse en Antonius Block
desafiar a La Muerte a una partida de ajedrez
para hurtar tiempo al tiempo
alcanzar a escribir unos versos
que barnicen de simbolismo la miseria
ante el avance voraz de la peste negra.
 
Paralizar los relojes
que el Cordero jamás rompa
el séptimo sello del rollo
detener los bubones o el virus
que corona la testa de los inconscientes.
 
Tal vez inmiscuirse en las visiones
que acosan al profesor Isak Borg
sentir en la propia carne
su egoísmo y soledad
vencerse a los remordimientos
de contemplar al amor de juventud
coquetear con otro mientras degustan
fresas salvajes en la pradera estival.
 
Actores, escenarios y cámaras
de otra época, rancios
pese a ridículos para estos días
invitan a abrir la puerta
a las vísceras más profundas
auscultar nuestros miedos y verdades
estanco de realidad durante el temporal.

viernes, 11 de diciembre de 2020

El hombre que nunca estuvo


 
Anónimo, invisible
desde niño aprendió a creer
en la opacidad, pues lo brillante
solía ser objeto de burlas o censura.
 
Narciso se ahoga en la fuente
que no sepa tu mano izquierda
lo que hace tu derecha
entre parábolas y mitos
volcó su mirada hacia afuera
y ahogó su fuego interior.
 
Camina bajo el cielo sobre Berlín
desapercibido, teme que lo reconozcan
rubor ante los cumplidos
prefiere ampararse bajo la sombra
de pavorreales henchidos en soberbia.
 
En esas penumbras
se confunde, difuso el horizonte
atrapado en la bruma de culpas
vergüenzas y aires taciturnos.
 
Rostro sin facciones
documento de identidad en blanco
sin nombre ni firma
cree no tener reservada
la butaca en la sala de cine
donde exhiben la película sobre otros.

miércoles, 2 de diciembre de 2020

Gata obesa

 


¿Tan distintos somos? Cuántas veces me lo insinuaste, Andreíta: la diferencia de edad, que yo vivo en Las Condes y tú en Conchalí (nunca pretendí que reeditáramos “Palomita blanca”), que a ti te gusta el animé y yo prefiero la nouvelle vague, que detestas la política y, en tanto, soy marxista. Disfrutas los libros de vampiros mientras yo leo a Cortázar. Sólo nos une el departamento de la calle Ejército donde trabajamos y la gata obesa que deambula entre los computadores. Ahora, que la agencia cierra, pienso si has leído el poema sobre el felino solitario de la Szymborska.